Llegamos temprano Vicente y yo a Galapagar ya que no me fiaba mucho de la organización ya que en ediciones anteriores tardaron mucho en entregar dorsales. La mañana prometía buen tiempo y la temperatura era muy agradable a esas horas. Tardamos menos de un minuto en recoger el dorsal (parece que han la organización ha mejorado enormemente).
Decidimos salir de corto porque seguro que la temperatura va a subir bastante. Nos ponemos a calentar por la zona de salida y nos encontramos con Ernesto. Cuando nos queremos dar cuenta ya hay 100 personas en la parrilla. Nos colocamos como podemos, pero muy retrasados de la cabeza. Empezamos mal.
Se da la salida neutralizada con 5 min de retraso y como siempre, por las calles del pueblo, la gente muy nerviosa empieza a adelantar por la acera, se producen frenazos y latigazos peligrosísimos. Le digo a Vicente que no se preocupe que es mejor no arriesgarse, que ya adelantaremos en la primera subida. Cuando por fin se lanza la carrera, comenzamos a adelantar.
Llega la primera subida importante le digo a Vicente que se ponga a rueda que toca sufrir. Tiro a muerte y comenzamos a escalar posiciones, al llegar arriba ya vemos la cabeza de carrera a lo lejos. Vicente aguanta este primer tirón con un poco de dificultad. Sigo tirando con Vicente a rueda en la zona del llano. Llega la segunda subida fuerte. Me pongo a tirar de nuevo a fondo, las piernas me responden muy bien, pero cuando miro para atrás ya no veo a Vicente. Bajo el pistón para esperarle. Cuando consigue contactar vuelvo a apretar y el trata de mantener rueda.
Llegamos al llano solos y vemos un grupo al fondo. Me pongo a tirar a muerte y Vicente a rueda consigue mantener el ritmo. Conseguimos coger al grupo en el que va Nacho Vara y Felipe Salchi. La cosa va bien, este grupo es ya de los buenos. Llega la subida más dura del recorrido, porque a parte de la pendiente es muy técnica con piedras sueltas y roderas. Me pongo a tirar de nuevo y me coloco primero del grupo, hoy voy como una moto. Vicente se vuelve aquedar. Cuando llego arriba estoy solo, pero decido parar a esperar a Vicente. Me pasa todo el grupo y cuando llega mi compañero vuelvo a abrir gas para entrar de nuevo. Lo conseguimos al poco tiempo. Llegamos a la bajada hacia Valdemorillo, muy rápida y muy rota. Vicente abre gas aprovechado su terreno, yo trato de seguirle y vamos adelantando gente, pero en una curva un corredor que va delante me corta la trazada, tengo que abrirme y me voy hacia la cuneta con tan mala suerte que el manillar se me engancha en un árbol…
El golpe es brutal. Se me cruza la rueda delantera y salgo catapultado hacia delante, caigo con el hombro la cabeza y la espalda. La bici sale despedida 30 metros mas adelante y se empotra en las ramas de un árbol a un metro de altura del suelo. Me levanto aturdido, comienzo a hacer recuento de daños. La mano izquierda me duele mucho, tengo la pierna dormida y no la siento, me asusto porque pienso que se ha roto, pero la puedo mover sin problema. El hombro derecho es lo que más me duele pero puedo hacer todos los movimientos por lo que no parece roto.
Después de todo he tenido suerte, parece que no me he roto nada. Afortunadamente el camelback ha hecho las veces de airbag y ha amortiguado el golpe de la espalda. Se ha roto la bolsa y se ha salido el agua.
Voy a buscar la bici. El neumático delantero se ha salido de la llanta y la rueda y el manillar miran a distinto sitio. Monto el neumático y le meto una bombona de CO2, afortunadamente talona. Enderezo la dirección pero al subirme me doy cuenta que se han aflojado los rodamientos. Aflojo la potencia y aprieto el conjunto. Vuelvo a montar todo y sigo bajando con mucho cuidado.
En total he estado 10 minutos parado y me ha pasado medio pelotón, pero como físicamente no tengo muchos daños decido continuar. Me pongo a tirar a muerta para ver si puedo dar caza a Vicente, aunque la cosa es complicada. Comienzo a pasar gente como si acabase de salir.
En la subida a Valdemorillo, voy como una moto, al adelantar a Muriel me dice que voy chorreando algo por la espalda, espero que no sea sangre¡¡¡. Se trata de los dos geles que llevaba. Se han roto y se ha salido todo el líquido pegajoso. Sin agua y sin comida aprieto los dientes. En las subidas las piernas responden bien pero en las bajadas la mano y el hombro me duelen una barbaridad y no puedo ir muy rápido.
Llego a la zona del pantano y sigo adelantando grupos de gente que intentan seguir mi ritmo pero voy muy fuerte y los voy dejando sin problema. Al llegar a la última subida contacto con un grupo de cinco corredores. Me pongo a tirar y todos se ponen a rueda sin darme un relevo. Las fuerzas empiezan a flaquear por lo que bajo el pistón consciente de que ya no tango posibilidad de coger a Vicente. El grupo se dedica a ir a palos, así que me pongo a rueda y respondo sin problemas.
Por fin llego a meta, no se la posición, Vicente me está esperando. Pensaba que iba por delante y por eso no ha parado a esperarme, él bajó el ritmo hasta que le alcanzó Ernesto que no me vio y pensaron que iba por delante. Los dos se pusieron a hacer labor de equipo para que Ernesto entrase lo más delante posible en su categoría.
Paso por la ambulancia a limpiar las múltiples heridas que tengo en brazos y espalda. Al mirar la bici veo que también he roto un rail del sillín y al quietarme el casco veo que está destrozado del golpe.
Buenas sensaciones en carrera, pero un día para olvidar. En frío, me duelen hasta las pestañas. Espero poder recuperarme para Villa del Prado
Por lo menos Ernesto ha consigue el tercer en su categoría ¡¡¡
